Autor: Efraim
Medina Reyes
Editorial:
Planeta
Recomendado
para: Jóvenes lectores
Novela
Una de las
cosas que más me ha gustado de este libro es que está escrito con rabia y con
mala saña, con un amor infinito y con un poco de mal juicio. A través de su
alter ego, Rep, Medina Reyes se da el lujo de despacharse contra todas aquellas
cosas que le desquicien de su ciudad natal, la Ciudad Inmovil, y de Bogotá y de
lo absurdo de tener 25 años y nada más que hacer excepto pensar en el desamor,
la soledad y el sexo.
Érase una vez el amor pero tuve que matarlo es también
las historias de dos de los ídolos musicales de una generación que alguna vez
fue joven y que ya hoy se está acercando a la mediana edad, la generación que
fue iluminada por la música de Nirvana
y Sex pistols, es una oda al sueño
americano y a la falta de identidad, también a la desesperanza, el escepticismo
y el desasosiego.
Sin
embargo, es capaz de poseer la atemporalidad que permite que los lectores de
esta generación, quizás de cualquiera, se sienta identificado aunque sea por
momentos. A través de sus páginas se encuentran los elementos adolescentes
perpetuos, el desarraigo y el melodrama; la impotencia y el vértigo; el amor y
el desconcierto.
Su
narración frenética tiene cambios de ritmo en donde se pasa del idealismo
apasionado de los ídolos con pies de barro, aquellos que mueren rondando los 27
años, y el enamoramiento constante que sólo se cura cuando se va alcanzando la
madurez y los sueños rotos se dejan atrás.
También, y
no en menor grado, una reflexión que acompaña el acto creador:
Uno se mete a escribir porque no sabe boxear ni tiene agallas,
porque tiene los dientes torcidos y no puede sonreir como quisiera, porque para
los impotentes de toda índole no hay otro camino, porque todos los feos
escriben o asesinan y uno no es capaz de matar una mosca, porque escribir da
importancia, porque para que a uno le digan escritor no necesita hacerlo bien y
para que lo llamen hijoputa no importa si su madre es una santa, porque tiene
miedo de quedarse a la deriva sin hacer nada, porque no puede beber cada noche,
porque ama a Dios pero odia las sociedades sin ánimo de lucro, porque no tiene
novia, porque no hay emociones sino insultos, porque en su casa no hay tele y la
radio se averió, porque la mujer del vecino es un bombón, porque uno tiene
miedo de quedarse calvo y evita los espejos. (pp. 86)
Ufff...... Debe fascinarle a los adolescentes.
ResponderEliminarBuena tarde, creo que éste tipo de lecturas orientadas son de gran ayuda para llegar a un análisis profundo de la situación de los adolescentes y quise leerlo con los estudiantes de mi colegio de grado noveno, sin embargo, , me encuentro con que pusieron una queja porque el libro tenia un lenguaje no adecuado y me prohibieron leerlo.
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