Autor: Miguel
Angel Jusayú
Ilustradora:
Monika Doppert
Editorial: Ekaré
Recomendado
para: lectores en marcha
Libro
ilustrado
No todos los amores son a primera vista. Hay libros que permanecen en un
estante hasta que los descubrimos y un hecho feliz los liga a nosotros para
siempre. Un ejemplo de ello lo he vivido recientemente con Ni era vaca ni era caballo de Miguel Angel Jusayú, quien no es
colombiano o venezolano - cualquiera de estas denominaciones sería inexacta -sino wayúu.
Conocí este libro hace cerca de siete u ocho años, y aunque me pareció
divertido y bien escrito lo dejé a un
lado, quizás por algo más pérfido. Sin embargo el texto volvió a mis manos a
partir de las extensas e intensas jornadas de investigación a las que Elizabeth
se vio abocada para realizar su ponencia sobre literatura indígena, en el marco
del IV seminario de Literatura infantil y juvenil, Semilij. Para Elizabeth,
quien indagó en multitud de títulos, el texto de Jusayú dentro de nuestra
literatura implicaba la posibilidad de que una voz indígena pasará desde lo
oral hasta lo editorial. Más aún, que la industria editorial, hubiese dado,
como muy pocas veces lo ha hecho, la posibilidad a que una voz diferente a la
dominante, a la perpetuadora de status
quo, pueda contar su historia.
Así, el regreso de Ni era vaca ni era
caballo, el relato de aquel niño
wayúu, sorprendido por un camión,
representa recordar el otro lado desde el que se ven las cosas, no el del
paradigma dominante, sino aquel que nos recuerda que no somos una unidad sino
Legión, de cosmovisiones, de nostalgias, territorios e historias. Pero más
importante, retornar a un relato condenadamente bien escrito.
Leído.
ResponderEliminary la enseñanza que
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