Autora:
María Teresa Andruetto
Editado
por: Editorial Comunicarte
Recomendado
para: Promotores de lectura – Grandes lectores
Ensayo
– No ficción
En
Carpeta de apuntes Michael Ende se
asume como un indígena perteneciente a una reserva centroeuropea, la denominada
literatura infantil y juvenil (Aquí podéis encontrar el texto al que hago referencia:
http://endeland.blogspot.com.co/2015/06/13-pensamientos-de-un-indigena.html). En
su texto, Ende hace una descripción de lo que implica estar en aquel territorio
y como ese adjetivo tiene mucho de prejuicio, de búsqueda evangelizadora, por
parte del adulto, del docente, del padre, del pedagogo. En su caso, Ende posee
un doble INRI, es escritor de literatura infantil y de literatura fantástica. Carpeta de apuntes fue publicada en 1996
por Alfaguara, y en el 2009 María Teresa Andruetto retoma el mismo tema en su
ensayo homónimo.
La tendencia a considerar la literatura infantil y/o
juvenil básicamente por lo que tiene de infantil o de juvenil, es un peligro,
porque parte de ideas preconcebidas sobre lo que es un niño y un joven y porque
contribuye a formar un ghetto de autores reconocidos, incluso a veces
consagrados, que no tiene entidad suficiente como para ser leído por lectores a
secas. (Andruetto, 2009, p. 36)
En este ensayo, que le da título al libro,
Andruetto no solo no da puntada sin dedal, sino que con un discurso muy bien
calibrado, apunta a la responsabilidad editorial, educativa, estatal, académica
y política acerca del lugar que la Literatura Infantil y Juvenil (LIJ)ocupa hoy
en día. Pero decir que Andruetto solo habla de LIJ es quedarse corto, de hecho
Adruetto habla de literatura en general, así sin temores, sin adjetivos, del
lugar y del deber del escritor, de lo que ella denomina el instrumento
principal de un autor, la mirada.
La escritura es un camino que va desde el ojo hacia
la voz, camino que desde un particular modo de mirar sale en busca de una voz
singular capaz de decir un texto. Leer un texto es entonces poner los ojos en
las huellas de esa voz. Mirada y voz: esos son los extremos que me interesan a
la hora de escribir. (Adruetto, 2009, p. 67)
Y luego,
Mirar hasta el límite de lo posible, mirar –si fuera
posible- hasta comprender. El ojo de quien narra se detiene en lo particular,
porque la ficción es el reino del detalle. Es un ojo que da cuenta de lo que
mira, sin juzgar, sin explicar. Un ojo que pone bajo la lupa las vidas de los
otros, para dar cuenta de su modo de ver y de ser (Andruetto, 2009, p. 68)
Así, en Hacia
una literatura sin adjetivos es un compendio de conferencias, de ponencias,
de ensayos acerca del oficio de una literatura que quiere escapar de la reserva
en la que se encontró Ende en su momento, y propone escribir, escribir
simplemente, como el acontista de León de Greiff, quien habrá derribado alguna
nube, tan solo porque hay un conflicto con las palabras, con una escena, con un
diálogo, con un detalle que no se puede sacar de encima.
Más aún, después de todas estas perlas
ensartadas en hilos de palabras, el grueso del tesoro, el reclamo del pirata,
se encuentra en los dos últimos ensayos, Algunas
cuestiones sobre la voz narrativa y el punto de vista y Enós, los aprendices, y al escritura
perdurable, que se detiene a examinar la responsabilidad que el escritor
tiene, no solo a la hora de narrar, no al momento de elegir el personaje
principal de su relato, el tema clave de su poema, sino ya el tiempo, la voz,
la forma de conjugar los verbos desde los cuales se asienta el imperio del
escritor.
A pesar de su costo, que puede parecer
elevado en un primer vistazo, esta obra de Andruetto, no tiene una sola palabra
que le sobre, un solo signo de puntuación mal puesto, que abarate el prodigio
de este volumen.
No entendí.
ResponderEliminarQue es una belleza.
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