Autor
e ilustrador: René Mettler
Editado
por: Editorial Juventud
Traducido por: Raquel Solà
Recomendado
para: Lectores en marcha
Libro informativo
Hubo un momento, lo recuerdo, en que
quienes transmitían el conocimiento de la naturaleza eran los padres y abuelos.
Mi abuelo nunca tuvo paciencia conmigo, y recuerdo una vez que estábamos cortando
un tronco, tenía yo entonces 9 o 10 años, que no pude hacer nada útil en toda
la jornada –yo, simple citadino terminé también colgado de la nuca de una mula –
mientras mis primos podían cortar varios troncos. El caso es que para terminar
clavé el hacha en el suelo y ahí la dejé, con lo que mi abuelo solo me preguntó
que por qué era tan cochino. No lo entendí entonces, pero con el tiempo comencé
a entender la idea de organizar y limpiar las cosas después de usarlas, sobre
todo las herramientas de trabajo. Mi abuela sin embargo, era otra cosa, tenía
la casa llena de flores que sembraba en cacharros viejos, ollas o tazas que
habían perdido su utilidad original y que de manera invariable terminaban como
materas. Peo con mi madre conocí las bellitas y el limoncillo y el toronjil y
aún otras hierbas. La hierbabuena me trae algunos recuerdos de mi niñez. Aún
hoy mi madre me recomienda tomar aguapanela con limón para sudar la gripa, o
leche con tomillo para cuidar mi garganta.
Hubo
un tiempo en que el conocimiento de los árboles se transmitía de padre a hijo,
de generación en generación. Ahora, quienes vivimos en la ciudad, y en muchos casos
vemos como talan los árboles y a quienes se nos mueren inclusos los cactus,
debemos recurrir a libros informativos como El
gran libro del árbol y del bosque. En él se encuentra una gran compilación
de los saberes básicos que se deberían tener acerca de los árboles. Desde cómo
eran en la prehistoria, pasando por su anatomía básica, su distribución por
especies alrededor del mundo, su lugar en el ecosistema, hasta los mitos y
tradiciones populares que lo protagonizan.
El gran libro del árbol y del
bosque sigue una estructura típica de libro informativo, con textos de
diferente tamaño, en virtud de su nivel de especificidad –lo que permite que se
dirijan a varios niveles de lectores a un mismo tiempo-, diversas ilustraciones
e imágenes que acompañan cada página, y un lenguaje claro y preciso, que sin escatimar
los detalles técnicos, es de gran claridad.
Se
convierte de esta manera, en uno de esos libros a los que se acude en
diferentes momentos, para compartir un conocimiento, para compartir un momento,
para precisar una información o simplemente para exhibir un hermoso libro.
Si lo es, dejo constancia de ello, en la librería de mi hija esta y no precisamente por adornarla.
ResponderEliminarBesos!!
Muchas gracias por tus comentarios Maríjose...
ResponderEliminarMe encantan los árboles... ¿No has pensado en regalármelo?
ResponderEliminarQuiero conseguirlo. Hacía rato no venías por aquí...
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